Los Nacos Ricos

Un día simplemente ya estaban ahí, los comenzaste a encontrar en los malls, en las plazas, en los cines, en las escuelas de paga, en el trabajo y en las calles.

Un día estaba sentado comiendo en el área gourmet de Liverpool y comencé a observar a la gente que shalaleaba por ahí, me encontré con señoras gordas con sus playerotas y tres chamacos gritones, gueyes con su playera del América o de los Pumas, ya saben, los morenitos, esos de pelos erizados, que estiran las sílabas al hablar, los aztequitas que antes estaban en las zonas marginadas de la ciudad. Otro día caminaba por la calle y entonces me llegó el escándalo del reggetón, volteo y encuentro un Audi, a bordo de él, obviamente, un aztequita, de esos que no saben que los autos de lujo fueron creados para ir cerrados, aislados de la gente y del ambiente desagradable, para estar lejos de la escoria. Y bueno, los cines son el acabose, ves gatitos de todos colores y tamaños, gente que lleva sus mocosos al cine y que sólo va a reírse y a comer palomitas. Los Nacos Ricos, esos que se hicieron de dinero a través de negocitos, ya saben, taquerías, farmacias, puestos de mercados, talleres mecánicos, esos que son muy buenos para el bisnes pero muy malos para la cultura de nuestro país, que cada vez es más pobre. Lo cierto es que los nacos ricos llegaron para quedarse, para invadir los espacios en los que huías de ellos, no crean que Antara va a sobrevivir a este fenómeno, sólo espérense un ratito, es cosa de tiempo, ni el Saks nos puede ayudar. ¿Cuánto debe pagar uno para librarse de esta gente repugnante?

.Recuérdenlo, no soy racista, pero somos diferentes.