miércoles, 2 de enero de 2008

Mi Corazón de Metal se queda Contigo

El frío helaba, pero no hay frío más intenso que el que se puede sentir en el alma. Llegamos a un café de esos de la Condesa, agradable y con estilo, no podía dejar de observar a Alaska, tan intensa, tan atractiva, tan fuera de lo común, ella me platicó del Feng Shui(¿así se escribe?) aplicado perfectamente en el baño, yo sonreía sorprendido de que ella supiera eso, ella sabe cosas, esas cosas que te hacen parpadear fuerte, que no te esperas. Acaricié sus manos, froté mi rostro sobre sus mejillas, me adueñé de su aroma. El vapor de dos tazas de té, de ese de la Condesa, agradable y con estilo, una revista, sus manos, su mirada sobre la mía, mis ojos devorando su imagen, su esencia que deseo perdure por siempre. La platica continuó y terminó. Me despedí de Alaska en el frío congelante de la noche, me despedí con mis labios sobre los suyos, me despedí sin lentes. Pero a Alaska nunca le diré adiós.

1 Fluorescentes:

Anónimo dijo...

...un adios o hasta luego?